Era su estilo ‘años 20′, con pantalones bombachos y boinas en combinaciones que rozaban la frontera del mal gusto, pero que de alguna forma en él quedaban elegantes. Era su swing, rítmico y poderoso. Su carisma infinito, condensado en esa famosa celebración tras embocar el putt que le dio el triunfo en el US Open de 1999 en Pinehurst, la que preside este artículo. Había algo único, irrepetible, hasta en la forma de mascar chicle de Payne Stewart, que dejó este mundo en un accidente de avión del que se cumplen 25 años este viernes.
Un cuarto de siglo de una tragedia que conmocionó al mundo del golf como ninguna otra. Ocurrió pocos meses después de su celebrada instantánea, hoy en día reproducida en formato de estatua a la entrada de Pinehurst. El Learjet 30 que le trasladaba de Orlando a Texas, donde tenía que supervisar la construcción de un campo de golf y después acudir a Houston para el Tour Championship, la final del PGA, se despresurizó en algún momento poco después del despegue. Según el informe del accidente Stewart, por entonces de 42 años, Michael Kling (el piloto), Stephanie Bellegarrigue (la oficial de vuelo), Bruce Borland (arquitecto de campos de golf), Robert Fraley (agente de Payne) y Van Ardan (amigo de Fraley) perdieron el conocimiento antes de que la aeronave se quedase sin gasolina y terminara estrellándose en un campo de Dakota del Sur.Esta victoria tiene también una importancia mayúscula para Augusta en su carácter de activo promotor de los torneos de aficionados que se juegan en Asia y en América Latina. Matsuyama fue ganador en dos ediciones consecutivas del Asia Pacific Amateur Championship (2010 y 2011), esto le valió sendas invitaciones a jugar el Masters como aficionado en 2011 y 2012. En ambas ocasiones pasó el corte clasificatorio y en la primera de ellas fue el mejor amateur, recibiendo la famosa Medalla de Plata. Con el triunfo de Matsuyama de esta tarde se cierra un ciclo virtuoso que confirma que la enorme inversión que hace Augusta National para promover el golf aficionado tiene un reflejo papable en beneficio de este deporte.
El suceso tuvo cobertura nacional. Se interrumpió la programación habitual de las televisiones. Cuenta Guy Yocom en un perfil en Golf Digest que Jim Nantz, la célebre cara del golf en la CBS, salió pitando de un restaurante de Connecticut con destino a Nueva York para ayudar a cubrir la noticia. Stewart dejaba mujer, Tracey, e hijos, Aaron y Chelsea. Días después no cabía un alma en el funeral oficiado en la Primera Iglesia Baptista de Orlando. Los ceremoniales se sucedieron durante meses. En el US Open del año siguiente, en Pebble Beach, decenas de golfistas golpearon pelotas hacia el océano en recuerdo. Se llenaron toneladas de papel y decenas de horas en pantalla con sus hazañas, que incluyen tres grandes (además del US Open de 1999, el de 1991 y el PGA Championship de 1989), 11 títulos en el PGA y cinco apariciones en la Ryder. El siempre elocuente Lee Trevino decía que toda estrella tiene algún punto débil en la bolsa, pero a Payne Stewart le atribuyó el “pack completo”.
Los homenajes llegan hasta nuestros días. Fueron recurrentes el pasado junio, cuando el US Open volvió a Pinehurst y lo ganó Bryson DeChambeau, un jugador que recuerda a Stewart en muchas cosas. Como Payne, es uno de esos golfistas con una capacidad innata para poner culos en asientos y elevar los ratings televisivos. Sus outfits, su estilo marcadamente sureño, su forma de interpelar al público... Era un show. Pero no uno de esos que no se toman en serio a sí mismos. A Stewart nunca le devoró el personaje. Y por eso no solo se celebran sus excentricidades, también su caballerosidad.
Más allá de los hechos que ocurrieron en esta última vuelta, y que veremos más adelante, sigue habiendo una pregunta que no encuentra respuesta: ¿Cómo es que este súper talentoso jugador de 29 años no pudo ganar muchos más torneos en el PGA Tour.
Matsuyama se hizo profesional en 2013, y en 2014 se unió al PGA Tour donde en el primer año ganó el Memorial Tournament. “Estoy seguro que este joven ganará muchos torneos en los años por venir”, decía el propio Jack Nicklaus, como anfitrión del Memorial, en la entrega de premios. Su opinión fue ampliamente compartida por la comunidad del golf mundial. Pero pasaron dos años hasta la próxima. En 2016 ganó el Phoenix Open. Ya en 2017, su mejor año, ganó el WGC HSBC en Shangai, otra vez el Phenix Open y finalmente, el Bridgeston Invitational con una vuelta final de 61 golpes (-9) que quedará en la historia como una de las mejores, sin duda. A ese sensacional triunfo le siguieron nada menos que cuatro largos años de sequía hasta este gran triunfo que logró en Augusta, que lo consagra como uno de los grandes de esta época tan poblada de golfistas extraordinarios.
Fuente: https://as.com/masdeporte/25-anos-sin-payne-stewart-la-muerte-que-traumatizo-al-golf-n/